Limitada por la escasez de espacio y recursos, una comunidad informal en Yogyakarta, Indonesia, ha completado recientemente el espacio de reunión que necesitaba. El nuevo centro comunitario está hecho de bambú negro local, y se construye sobre un canal de drenaje de la ciudad, frente al Río Winongo. La estructura fue diseñada por Andrea Fitrianto y Jasri Mulya, y construida por voluntarios de la comunidad.
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Para el pueblo de Kampung Pakuncen las reuniones cotidianas son una necesidad básica. La comunidad existe hace tres décadas, pero hoy en día, a medida que aumenta la población, las casas eran demasiado pequeñas para reuniones de acogida. Las reuniones eran poco eficaces debido a que muchos miembros tuvieron que ser excluidos, con el riesgo de degradar la cohesión social.
Antes de la ejecución del proyecto, algunas de las mujeres de la comunidad Kalijawi se unieron colectivamente para expresar la necesidad de construir un nuevo centro comunitario, lo que resultó en un grupo de ahorro. Es así como los arquitectos de Arkomjogja, arquitectura sin fines de lucro, se asoció con la comunidad para iniciar el proyecto.
Todos los días, los miembros del grupo donaron 7,6 céntimos de euros para el proyecto. En cuatro meses se logró recaudar el dinero suficiente para poner en marcha el proyecto y en menos de dos meses empezó la construcción. Al final, los costos totales de la comunidad sumaron alrededor de € 1.600, donde la cuarta parte fue pagada a través de un préstamo de la Comunidad de Kalijawi. El trabajo está asociado a la Coalición Asiática para el programa de acción comunitario (ACCA), y la Coalición Asiática para el Derecho a la Vivienda (CADH).
El bambú es una planta versátil, familiar para muchas culturas de sudamérica, áfrica y asia. Tradicionalmente, el bambú se cultiva para la alimentación o para fabricar casas, puentes, herramientas de uso doméstico o cestas. A diferencia de los árboles, la cosecha de cañas de bambú no mata la planta. Por el contrario, la cosecha regular mejora la vitalidad y la productividad del grupo de bambú.
Por su singularidad y sostenibilidad, el bambú es apodado como el material del futuro. Con experiencia en el trabajo en comunidad, los arquitectos de Arkomjogja sugirieron el uso de bambú negro local (Gigantochloa atroviolacea) para el proyecto. El sistema de carpintería es armado a través de tornillo de acero y juntas de mortero.
Ubicado en el centro de la isla de Java, Yogyakarta tiene un clima cálido-húmedo, con temperaturas que varían entre los 22 y los 30 durante todo el año, con altas precipitaciones en ciertos períodos. Esto se prevé en el diseño a través de aleros generosos y la separación necesaria de la superficie existente de drenaje bajo el edificio.
A través de esta arquitectura más democrática y equitativa, se logra que todos aprendan algo nuevo acerca de la construcción con bambú.
